sábado, 9 de abril de 2011

El cisne Negro o la paranoia que todos llevamos dentro.

  
                                                                 
La antesala de los premios Oscar son un marco perfecto para poner en lista todas las películas que no se deben ver, o al menos no inmediatamente. Toda esa maquinaria mediática diciéndote que las películas más exquisitas del planeta está a la vuelta de la esquina de tu casa, 24 horas al día, 7 días a la semana hasta que te ves obligado a sucumbir por tamaña presión y hacer ese soliloquio preconcebido ... ah vamos a ver que es la bulla... pues a veces es eso, es sólo bulla, y pasa como en los reinados de belleza, las mujeres más lindas no están ahí, tal vez estén sólo las más poderosas o las mejores relacionadas. El Cisne Negro es una más de esas beldades que se pasean por la alfombra roja de Hollywood y que llega cargada de promesas: la mejor actuación de, la mejor película de, el mejor guión de... Pero esa no debería ser la carta de presentación de esta indispensable cinta, más bien sus mismo visionado debería hablar por sí solo. Como siempre he sido admirador de Natalie Portman, desde que la viera hace muchos años como la niña huérfana y hambrienta de venganza que emulaba los pasos de su mentor y platónico referente sentimental Jean Reno en el Profesional de Mr Besson, pasando por sus roles de adolescente en conflicto junto a Susan Sarandon en Anywhere But Here y obviamente llenando el vacío de peso femenino que Carrie Fisher le había heredado a la saga de Sta Wars, representando a la reina Amidala y a su alter ego Padme, romántico y revoltoso amor del futuro caballero oscuro Darth Vader, no podía negarme la oportunidad de volver a ver en acción a una de las mejores actrices de su generación, y más cuando se gritaba a los cuatro vientos que representaría el papel más importante de su carrera. Así que la saqué de mi lista de películas para no ver, y pues la vi. El resultado: una película muy bien hecha. Es difícil clasificar una historia tan humana y a la vez tan atrabiliaria dentro de un género específico, más difícil aún es encontrarle algún defecto que vaya más allá de un simple error de edición o un contrasentido argumentativo. Es una radiografía perfecta de la paranoia que todos llevamos dentro y que llevada de la manera que se llevó y contada de la forma en que se contó, nos hace sentir un poco la frágil frontera entre la razón y la locura. El escenario de fondo es el ballet, como lo sería tal vez el fútbol, el boxeo o una simple oficina de trabajo, y es esto mismo la excusa perfecta para desarrollar una historia de obsesión, deseo y tragedia. El señor Darren Aronofsky que por allá en el 2000 sacudió el celuloide con la "gangrenosa" historia de Requiem for a dream con el actor cantante de 30 seconds to Mars Jared Leto, y que me hizo dormir con la muy humana pero soporífera historia de el Luchador en el tan comentado regreso de Mickey Rourke (más deforme y menos sobre actuado que de costumbre), se hace un banquetillo de cámara en mano y atención por los detalles en el álgido y por momentos letárgico guión en donde encumbra la imagen de Portman y la convierte en el Cenit y el Nadir de la película misma. Un doblete muy interesante con un director que empieza a crear su estilo propio en sus obras, sin convertirlo necesariamente en el paradigma de la dirección contemporánea. Una historia que lenta pero firmemente se va desarrollando entre la sobre protección maternal, el atisbo de acosos sexuales, lesbianismo espontaneo e incluso tendencias homicidas, todo en aras de la consecución de un sueño que en nuestra vida diaria se puede traducir como el de sobresalir y conseguir lo que se desee cueste lo que cueste, sea el colofón la materialización de "El lago de los cisnes" de Tchaikovski, o simplemente la satisfacción de no morir sin antes no haber tocado la punta de nuestro Everest particular. Y es aquí en donde reside el verdadero valor de la película y le da su verdadero contraste, la interpretación de sus personajes. El actor Francés Vicent Cassel, eterno secundario de hollywood, está muy correcto en su interpretación de maestro, guía, acosador y gigoló,  y su personalidad fuerte contrastada con unos dejes de comprensión auto complacientes le otorga solidez a la historia. La incipiente actriz Ucraniana Mila Kunis (bastante guapa, por cierto) también soporta su ingrato papel con decoro y un toque de coqueteo y libertinaje descarado que enciende la mecha de la envidia en la protagonista y que a la postre exacerba su tenebroso lado oscuro. Pero para no ir más lejos, la película completa es devorada por Natalie Portman. Los gestos, las expresiones de felicidad, lujuria, angustia y deseo están tan bien delineados, que dudo mucho que haya tenido tiempo real para aprender a bailar ballet, disciplina por demás esclavizante y perfeccionista. Ms Portman se apersona de cada escena en la que aparece (que son casi todas) y cada vez que se refleja en su alter ego malvado, cada vez que Mr Aronofsky le persigue con su inquieta cámara y cada vez que ve su odio crecer hacia lo que siempre ha querido y que paradógicamente le impide dar alas a ese cisne negro interior ávido de desplegar sus alas, le da validez al mismo tiempo a una interpretación muy bien lograda y que en definitiva le amerita no sólo el desvalorizado Oscar, sino cualquier cantidad de elogios que expertos y fanáticos pudiesen otorgarle. La paranoia es el caballo de batalla, y a la vez, es el elemento demoledor de una historia muy íntima y que deja mucho para reflexionar, recomendando su visionado una y otra vez con la seguridad de que cada uno dejará una nueva huella en nuestra percepción. No sé si ya me volví paranoico, pero los coqueteos con el terror de la película me ponen a pensar si lo que nos hace más fuertes esta dentro de nosotros, cohabitando con aquello que nos podría destruir también. Sería cuestión de probar y dejarlos salir juntos, aunque sepamos de antemano que en la vida real no te dan premios por que seas fuerte, y mucho menos porque te destruyas.

I found it ¡¡¡

Después de varios infructuosos intentos de recuperar mi blog, he aquí que el hijo pródigo ha vuelto a casa. La idea original era crear un espacio para comentar, criticar, destrozar o simplemente compartir ideas acerca de películas y una que otra cosilla de inglés (dos de mis grandes pasiones). Pero como casi 4 años después me reencontré con este sitio y al darme cuenta de que está intacto, pues ni comentarios tiene, he decidido hablar de todo un poco y de mucho un nada, pues es mi  blog y aquí vuelco mi cabeza como se me de la gana. Vamos a ver que pasa y si es que lo vuelvo a perder y dentro de otros 4 años vuelvo a escribir estas necedades, o por el contrario, encuentro eco en el universo insondable de la red. Best wishes ( to me, of course)

jueves, 6 de septiembre de 2007

a little bit of sadness...

Sometimes you feel you got some important thing that you clearly know or you think you do, but suddenly that gorgeous thing that you thought belonging to you, it's gone. Sometimes they are like magic birds whose feathers are so shining and they don't need to flock together at all, and they go so high as high is sky, that you have to let them go, and a part of you rejoice to do it but another one on the other hand, it weeps quietly to see them walk away, and you hope deeply you could see them again some day. Maybe you have no clue what I'm talking about, but it was liberating to say it, or at least, it's supposed to be.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Transformers o la espera en vano...

Hace poco estuve merodeando las salas de cine en busca de un buen momento de distracción y entre la avalancha de películas frívolas y demás banalidades de temporada, me topé con uno de los hitos (al menos para mí) de mi lejana niñez; los Transformers. Siempre quise ver retratada en la pantalla gigante la majestuosa mula-camión-remolque de Optimus Prime, o el trepidante helicóptero ( o algo así ) de Megatron. Pero en cambio de eso, me tope con una parafernalia de efectos especiales gratuitos y exacerbados, que únicamente pretendían arrancar un sollozo de sorpresa en el incauto espectador, o en mi caso, en el desprevenido transeunte arraigado a sus raices pueriles. Hace mucho tiempo (desde Titanic, creo) no veía un desperdicio de dinero, locaciones, tiempo y personas tan evidente, en pos de una producción que pudo haber sido majestuosa e incitadora de una nueva fiebre "Autobótica" en las nuevas generaciones, pero que se convirtió (gracias a la mano gangrenosa de Michael Bay) en un comercial extra largo más, como esos que Hollywood sabe cocinar tan bién y que las empresas de juguetes se deleitan en esperar para llenar aún más sus ya infladas cuentas bancarias. No es que reniegue de algún tipo de bondad que la película pudiese ofrecer, no en vano, para sofisticar un poco el menudo bodrio que se estaba formando, Mr Bay tomó su propia camara y rodó "difíciles" escenas de humor sui generis, escritas por un guionista amante talvez de las telenovelas latinas (pues cualquier parecido con ellas en esta parte, fue más que coincidente), sino que también se rodeó de un excelentísimo casting con anti héroe con cara de bobo y coincidencia romántica atlética y sexi a bordo. Tal vez lo más triste fue ver al viejo John Voight tratando de sacar adelante un descabellado papel de militar comprometido a defender su planeta desde su planeta (U.S.A) en una demostración más de el ego tan vacuo que los "gringos" tienen, pero bueno, el bueno de Mr Voight también tendrá cuentas que pagar. No me tomaré la molestia de contar o criticar la pelicula, pues no vi película alguna. Lo único que vi, fue como se siguen burlando del espectador derrochando efectos especiales computarizados que hablan muy bien del avance de los programas de diseño por ordenador y demás bondades de la tecnología moderna, pero que demerita y lanza denuestos ofensivos en contra del espectador que solo quiere pasar un buen rato con una película que además de "efectos" también tenga algo de contenido, un poco de esfuerzo por parte de sus actores y tal vez una pizca de enseñanza. Si esto es lo que busca, absténgase de ver Transformers, pues no solo mancillará las tiernas remembranzas de su niñez acerca de los "decepticons" (spelling???) contra los autobots, sino que también le dará la sensación de valorar y extrañar ese billetico que pudo haber invertido en cosas más interesantes y entretenidas como comprarse unas buenas cervezas y ver las repeticiones de automan y manimal en casa. Sin duda ofrecerían un mejor momento y una mayor satisfacción que esta charada hollywoodense. Una vez más Mr Bay ha logrado superar sus bodrios anteriores, porque inclusive alcancé a extrañar "armageddon", que en su momento me pareció insufrible, pero que hubiese preferido inmensamente volver a ver. Y eso es ya caer muy bajo.

Hiya everyone...

At least, my own blog. I was expecting for a little spot to spread my mind over the keyboard.

Now, I'm gonna shift my ideas from Spanish to English, bearing in mind the topic and mood.

You are very welcome here and just read and share your priceless ideas with me. Have fun.


Al fin, mi propio blog. Estaba a la espera de un espacio chiquito para difundir mi mente por el teclado.

Voy a cambiar mis ideas ahora de español a inglés teniendo en cuenta el tema y el estado de ánimo.

Sean bienvenidos y solo lean y compartan sus valiosas ideas conmigo. Que se diviertan.